Comerciantes de las plazas Alberto Lovera y Alí Primera de Puerto La Cruz afirmaron que durante sus labores no han sido víctimas del hampa
Los dos espacios recreativos tienen en sus jardineras matas de ixoras rojas, lirios blancos, palmas y apamates.
En uno de los cinco bancos de concreto de la plaza Alberto Lovera, y bajo la sombra de un árbol de guama, suele sentarse y acostarse para tomar aire fresco el dibujante Francisco Estaba, de 33 años, quien tiene su domicilio en la urbanización Oropeza Castillo.
Estaba dijo que le gusta este lugar porque es tranquilo, aunque recordó que el 25/11/2011 hallaron en la redoma de Guaraguao a un hombre que fue ultimado de un golpe en la cabeza.
En los alrededores de la estación de servicio del sector, labora desde hace dos años Franklin Cárdenas (47), quien vende a 45 bolívares el kilo de queso llanero que le traen desde el estado Guárico. A 13 ofrece la bolsa de pan pavito, y a diez el de leche.
El comerciante resaltó que el lugar es seguro, pasan con frecuencia los agentes de la Policía Municipal de Sotillo que tienen en su comisaría N° 1 La Milagrosa -con un altar de Santa Bárbara- así como los de Poliguanta.
Cárdenas dijo que todos los comerciantes informales se cuidan entre sí. Expresó que cuando ven a individuos sospechosos, se lo notifican a los funcionarios. Hasta ahora, ninguno ha sido atracado.
Desde noviembre pasado, Israel Fernández (38) expende a Bs 10 cada pincho de carne de res y pollo, con ensalada y bollito. Afirmó que la venta estuvo buena en diciembre pasado, pero bajó este mes.
Pero el verdulero Ever Enrique Morales (25) estimó que el expendio sigue igual. Indicó que los clientes prefieren comprar allí, porque pueden estacionarse rápidamente. En ocasiones, los choferes no tienen que bajarse del carro para adquirir las frutas y verduras.
Morales también lleva un par de años en Guaraguao. Relató que antes trabajaba con un camión 350 que ocupaba mucho espacio en la vía. Ahora coloca un pequeño remolque “zorra” con su mercancía.
Este comerciante ofrece cada kilo de cambur y lechosa a 8 bolívares, 20 plátanos por Bs 10 y cinco piñas por 25.
Mejoró la seguridad
Morales relató que antes, entre 2004 y 2005, el sitio era peligroso, pero la seguridad ha mejorado en los últimos años.
Este criterio lo comparte el electricista Javier Moreno (35), quien acostumbra a echar gasolina en la bomba de Guaraguao. Contó que recientemente un chofer denunció ante la Comisaría N° 1 que le habían robado su carro Chevrolet Malibú, y a los diez minutos fue recobrado por los agentes.
Esto es motivo de orgullo para la sub-directora de Polistotillo, comisaria Danny Arupón, quien reiteró que los funcionarios hacen recorridos por la urbanización Guaraguao, el Casco Central, barrio Los Yaques y por Paseo de La Cruz y El Mar, antiguo Paseo Colón.
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