Lo que hoy se conoce como Puente Amarillo se ha convertido en una zona peligrosa. Los que esperan en sus alrededores por un autobús, lo hacen a riesgo de ser asaltados
Esta estructura –pintada de amarillo- que comunica las avenidas Jorge Rodríguez (Intercomunal) y Universidad, es una guillotina, según cuentan quienes a diario deben pasar por allí.
Los que esperan en sus alrededores por un autobús, lo hacen a riesgo de ser asaltados.
“Yo paso rápido por aquí, cruzo el puente y espero el transporte que me deja en la UDO”, comenta Enrique Viñol, quien es estudiante de la Universidad de Oriente. Asegura que se ha salvado de ser víctima del hampa, pero le han contado que por allí roban mucho.
“Hasta tiroteos ha habido”. Gerardo Borges no se aventura a transitar por el conocido puente que está frente a las residencias Cerro Amarillo y Makro, que además de ser parada, también sirve de conexión y retorno para los conductores que circulan por estas vías.
Este joven udista habita en Colinas del Neverí, y para arribar al recinto universitario debe tomar dos autobuses. El primero de ruta Intercomunal, el segundo, Alterna, y éste último lo prefiere agarrar en el paso Pedro Segura de Pozuelos. “Me puedo quedar en Puente Amarillo, pero me han dicho que los malandros aprovechan para robar porque el lugar es poco transitado”.
De noche
Quienes se ven obligados a transitar a pie por el puente, señalan que evitan hacerlo de noche.
Aseguran que no hay vigilancia policial y el alumbrado es deficiente, lo que eleva la peligrosidad en el sector.
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