11 abr 2018
11 de abril: Una conjura ultraderechista dirigida por EEUU
11/04/2018
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Caracas, Este 11 de abril se cumplen 16 años del golpe de Estado contra el Gobierno del comandante Hugo Chávez, planificado y ejecutado con la participación directa del gobierno de los Estados Unidos (EEUU), a través de figuras como Charles Shapiro y John Maisto, quienes contemplaron la intervención de las corporaciones mediáticas, la Iglesia y de la cúpula empresarial, e igualmente diseñaron las campañas de desprestigio en contra el Ejecutivo, organizaron un paro patronal y el uso de francotiradores contra el pueblo, todo lo cual fue el guión trazado para llevar a cabo esa confabulación.
La consumación de este plan estuvo en manos de la derecha venezolana, con la dirección y financiamiento del gobierno del país norteamericano, como lo demuestran varias reuniones de alto nivel realizadas previamente.
Dos semanas antes del golpe, el ex alcalde metropolitano Alfredo Peña se reunió en Washington con Maisto, para entonces secretario de Estados Unidos para Asuntos Interamericanos, y el ex embajador estadounidense en Venezuela Otto Reich, quien se desempeñaba como subsecretario de Estado para asuntos hemisféricos.
Peña, como alcalde, tenía a su mando la Policía Metropolitana, cuyos efectivos tenían la misión de brindarle protección a la ilegal marcha opositora que se dirigía al Palacio de Miraflores y además, cumplieron la orden de dispararle a los afectos al chavismo que estaban en las adyacencias del Palacio Presidencial, así como a los propios manifestantes aquel 11 de abril para justificar el golpe.
Un día antes, Peña había recibido en la sede de la Alcaldía Metropolitana, en Caracas, a Shapiro, entonces embajador estadounidense, según reseña el libro Abril: golpe adentro.
Previamente, había delegado en William Bratton, ex jefe de la policía de Nueva York, el diseño de una nueva política policial para su jurisdicción. En el llamado "Plan Bratton" se incluía entrenamiento a la Policía Metropolitana.
En esa misma línea, entre el 13 y el 15 de marzo de 2002, también viajó a Estados Unidos (EEUU) una "misión plural" de la oposición, integrada entre otros por representantes de Fedecámaras y de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). Ante Maisto y Reich, dejaron claro la disposición opositora de apoyar un golpe de Estado.
El plan antidemocrático previó el asesinato de venezolanos que se encontraban en los alrededores del Palacio de Miraflores el 11 de abril, como demuestra el testimonio ofrecido del periodista Otto Neustald meses después de la acción contra el gobierno legítimo de Chávez.
En un conversartorio, el ex corresponsal de CNN contó que un grupo de 10 militares de alto rango grabaron un mensaje que se difundiría el día del golpe y donde se menciona el registro de seis fallecidos por disparos de francotiradores hacia la marcha que se dirigía a la sede del Poder Ejecutivo, aun cuando a la hora en que se elaboró el material no se reportaban víctimas fatales.
En febrero de 2015, en un artículo de opinión titulado La agresión de Washington contra Venezuela no es ficción, de la periodista norteamericana Eva Golinger, la comunicadora reveló que "documentos obtenidos bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA) en Estados Unidos evidencian un claro papel del gobierno estadounidense en el golpe de Estado, así como su apoyo financiero y político para aquellos venezolanos involucrados".
Asimismo, Golinger hizo mención al financiamiento recibido durante los seis meses antes del golpe por los partidos políticos, organizaciones y grupos empresariales venezolanos implicados.
Ese financiamiento, señaló, fue otorgado por la organización estadounidense Fundación Nacional para la Democracia, desde la cual se canalizaron más de 2 millones de dólares durante ese período.
Horas antes del golpe, la maniobra en Caracas por parte del entonces embajador, Charles Shapiro, incluyó "contacto permanente con todos los participantes en el golpe, incluso con el dueño del principal canal de televisión del país, Venevisión, canal que transmitió las imágenes manipuladas para justificar el golpe", recalca Golinger en el artículo.
"Shapiro sostuvo reuniones con los dueños de los medios privados en Venezuela durante el día del golpe de Estado", agregó.
Luego del golpe del 11-A, representantes de la embajada de EEUU, incluido Shapiro, y de España se reunieron con Pedro Carmona Estanga, proclamado presidente de facto por los promotores del golpe, poco después de que éste disolviera los poderes públicos y la Constitución Bolivariana.
No era de extrañarse. Golinger rememoró en su artículo que "la Embajada de Estados Unidos en Caracas calificó a Carmona como el 'hombre correcto para el momento correcto en Venezuela', en un documento redactado en diciembre 2001".
La descarada participación de Estados Unidos en planes contra la paz y estabilidad de Venezuela fue denunciada en reiteradas oportunidades por el comandante Hugo Chávez. En una ocasión, señaló que aquel 11 de abril su muerte había planeada en desde la nación norteamericana.
"Mi muerte estaba escrita. Se escribió en Washington", dijo en una entrevista en la que contó sus vivencias durante el Golpe de 2002.
El fallido golpe no extinguió los deseos del imperialismo estadounidense de imponerse sobre Caracas, pues durante todo el gobierno Chávez mantuvo en desarrollo diversos planes, con variadas estrategias y tácticas, para acabar el proyecto del líder socialista.
Tras la partida física de Chávez, en 2013, Estados Unidos intensifica el complot con la utilización de la derecha venezolana para crear, mediante campañas mediáticas, sanciones unilaterales y el bloqueo financiero, condiciones que justifiquen una intervención extranjera.
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Caracas, Este 11 de abril se cumplen 16 años del golpe de Estado contra el Gobierno del comandante Hugo Chávez, planificado y ejecutado con la participación directa del gobierno de los Estados Unidos (EEUU), a través de figuras como Charles Shapiro y John Maisto, quienes contemplaron la intervención de las corporaciones mediáticas, la Iglesia y de la cúpula empresarial, e igualmente diseñaron las campañas de desprestigio en contra el Ejecutivo, organizaron un paro patronal y el uso de francotiradores contra el pueblo, todo lo cual fue el guión trazado para llevar a cabo esa confabulación.
La consumación de este plan estuvo en manos de la derecha venezolana, con la dirección y financiamiento del gobierno del país norteamericano, como lo demuestran varias reuniones de alto nivel realizadas previamente.
Dos semanas antes del golpe, el ex alcalde metropolitano Alfredo Peña se reunió en Washington con Maisto, para entonces secretario de Estados Unidos para Asuntos Interamericanos, y el ex embajador estadounidense en Venezuela Otto Reich, quien se desempeñaba como subsecretario de Estado para asuntos hemisféricos.
Peña, como alcalde, tenía a su mando la Policía Metropolitana, cuyos efectivos tenían la misión de brindarle protección a la ilegal marcha opositora que se dirigía al Palacio de Miraflores y además, cumplieron la orden de dispararle a los afectos al chavismo que estaban en las adyacencias del Palacio Presidencial, así como a los propios manifestantes aquel 11 de abril para justificar el golpe.
Un día antes, Peña había recibido en la sede de la Alcaldía Metropolitana, en Caracas, a Shapiro, entonces embajador estadounidense, según reseña el libro Abril: golpe adentro.
Previamente, había delegado en William Bratton, ex jefe de la policía de Nueva York, el diseño de una nueva política policial para su jurisdicción. En el llamado "Plan Bratton" se incluía entrenamiento a la Policía Metropolitana.
En esa misma línea, entre el 13 y el 15 de marzo de 2002, también viajó a Estados Unidos (EEUU) una "misión plural" de la oposición, integrada entre otros por representantes de Fedecámaras y de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). Ante Maisto y Reich, dejaron claro la disposición opositora de apoyar un golpe de Estado.
El plan antidemocrático previó el asesinato de venezolanos que se encontraban en los alrededores del Palacio de Miraflores el 11 de abril, como demuestra el testimonio ofrecido del periodista Otto Neustald meses después de la acción contra el gobierno legítimo de Chávez.
En un conversartorio, el ex corresponsal de CNN contó que un grupo de 10 militares de alto rango grabaron un mensaje que se difundiría el día del golpe y donde se menciona el registro de seis fallecidos por disparos de francotiradores hacia la marcha que se dirigía a la sede del Poder Ejecutivo, aun cuando a la hora en que se elaboró el material no se reportaban víctimas fatales.
En febrero de 2015, en un artículo de opinión titulado La agresión de Washington contra Venezuela no es ficción, de la periodista norteamericana Eva Golinger, la comunicadora reveló que "documentos obtenidos bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA) en Estados Unidos evidencian un claro papel del gobierno estadounidense en el golpe de Estado, así como su apoyo financiero y político para aquellos venezolanos involucrados".
Asimismo, Golinger hizo mención al financiamiento recibido durante los seis meses antes del golpe por los partidos políticos, organizaciones y grupos empresariales venezolanos implicados.
Ese financiamiento, señaló, fue otorgado por la organización estadounidense Fundación Nacional para la Democracia, desde la cual se canalizaron más de 2 millones de dólares durante ese período.
Horas antes del golpe, la maniobra en Caracas por parte del entonces embajador, Charles Shapiro, incluyó "contacto permanente con todos los participantes en el golpe, incluso con el dueño del principal canal de televisión del país, Venevisión, canal que transmitió las imágenes manipuladas para justificar el golpe", recalca Golinger en el artículo.
"Shapiro sostuvo reuniones con los dueños de los medios privados en Venezuela durante el día del golpe de Estado", agregó.
Luego del golpe del 11-A, representantes de la embajada de EEUU, incluido Shapiro, y de España se reunieron con Pedro Carmona Estanga, proclamado presidente de facto por los promotores del golpe, poco después de que éste disolviera los poderes públicos y la Constitución Bolivariana.
No era de extrañarse. Golinger rememoró en su artículo que "la Embajada de Estados Unidos en Caracas calificó a Carmona como el 'hombre correcto para el momento correcto en Venezuela', en un documento redactado en diciembre 2001".
La descarada participación de Estados Unidos en planes contra la paz y estabilidad de Venezuela fue denunciada en reiteradas oportunidades por el comandante Hugo Chávez. En una ocasión, señaló que aquel 11 de abril su muerte había planeada en desde la nación norteamericana.
"Mi muerte estaba escrita. Se escribió en Washington", dijo en una entrevista en la que contó sus vivencias durante el Golpe de 2002.
El fallido golpe no extinguió los deseos del imperialismo estadounidense de imponerse sobre Caracas, pues durante todo el gobierno Chávez mantuvo en desarrollo diversos planes, con variadas estrategias y tácticas, para acabar el proyecto del líder socialista.
Tras la partida física de Chávez, en 2013, Estados Unidos intensifica el complot con la utilización de la derecha venezolana para crear, mediante campañas mediáticas, sanciones unilaterales y el bloqueo financiero, condiciones que justifiquen una intervención extranjera.
Publicado por
LEONARDO BOLEN DIRIGENTE PSUV
Etiquetas:
Nacionales
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