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Puerto La Cruz, El presidente de Fedecámaras en Anzoátegui, Héctor Luna, estima que se necesitan 30 toneladas de harina al mes, para regularizar la elaboración de pan en la entidad, pero aseguró que el Gobierno, que es el único importador de trigo y harina, no cumple con la demanda, por lo que los panaderos se ven forzados a adquirir el producto a precios exorbitantes.
El pasado martes, el presidente Nicolás Maduro anunció que las panaderías serán ocupadas por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) si no cumplen con un instructivo para controlar la elaboración y venta de pan canilla,
Luna aseguró que el plan en contra de la “guerra del pan”, puesto en marcha por el Ejecutivo, fracasará debido a que no tiene el conocimiento y dominio adecuado de la industria panadera.
Asimismo, advirtió que los integrantes del gremio, “antes de ver perdidos sus comercios, preferirán vender otros productos como panes de perros calientes, hamburguesas o sándwichs, fabricados por otras panificadoras.
Una de las instrucciones del presidente Maduro es que los establecimientos no reciban más de 300 sacos de harina al mes.
Eduardo Requena, propietario de la panadería Valle de Beraca I, ubicada en la Av. Universidad, cerca de Pozuelos, en Puerto La Cruz, señaló que la medida es incoherente, debido a que en su negocio sólo reciben 30 sacos mensuales.
“Cuando no había crisis ni escasez de productos, trabajaba con más de 200 sacos. Diariamente producíamos entre 2.400 y 2.600 canillas. Ojalá recibiéramos 300 costales de harina al mes”.
El comerciante explicó que ahora, con el inventario que tiene a disposición, debe limitarse a utilizar tres sacos diarios, para extender la oferta del producto a los clientes.
Destacó que la distribución de la harina es intermitente, y que hasta el pasado sábado estuvo un mes sin recibir la mercancía.
Dijo que ha pagado hasta Bs 170 mil por un saco.
Elías Gómez, dueño de la panadería Princesiña de Anzoátegui, situada en la calle Sucre del centro porteño, tiene tres meses sin recibir harina de sus proveedores, por lo que está considerando cerrar el expendio e irse del país.
Elías Gómez, dueño de la panadería Princesiña de Anzoátegui, situada en la calle Sucre del centro porteño, tiene tres meses sin recibir harina de sus proveedores, por lo que está considerando cerrar el expendio e irse del país.
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