10 jun 2012

Con un discurso publicitario se postuló el candidato de la derecha

10/06/2012

Caracas,  Con un discurso desordenado en sus ideas, pero abundante en consignas publicitarias, el candidato presidencial de la derecha, Henrique Capriles Radonski, formalizó su candidatura este domingo en ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Tras ser presentado por una animadora de radio y televisión, como si fuera un artista de la farándula, Capriles se montó en la tarima instalada en la Plaza Caracas, lanzó una gorra al público y empezó su breve discurso.
“Yo quiero ser el primer servidor público del país”, dijo sin explicar los pormenores de su plan de gobierno, ni muchos menos detallar sus proyectos en materia de educación, salud, seguridad, ambiente, vivienda o insfraestructura. Solamente justificó su aspiración presidencial diciendo que “el tiempo de Dios es perfecto”.
Luego, eufórico y agitando el puño cerrado de su mano izquierda, repitió, como lo ha hecho en otras ocasiones, consignas de “paz”, “bienestar”, “felicidad” y “futuro”, pero no ofreció razones al respecto.
Después se dedicó a hablar de sí mismo en tercera persona: “Capriles ama a Venezuela; Capriles va unir a a Venezuela. El que quiere puede”.
Y como en uno de esos peores momentos de un acto de fin de curso, Capriles se quedó mudo. Luego, intempestivamente, levantó la mirada hacia uno de los edificios que rodea la plaza y dijo, señalando hacia una ventana: “Dios los bendiga a todos. Dios bendiga a todos ustedes”. Muchos de los presentes en el lugar, curiosos, levantaron su rostro para ver a quién estaba saludando Capriles en las ventanas. No había nadie. Solo oficinas vacías.
Más adelante, tomando su camisa por el pecho y agitándola sin parar, Capriles expresó algunas frases confusas como: “yo no soy enemigo de nadie (...) yo soy enemigo de un país, de un país que tiene todo para avanzar”. Algunos de los presentes oyendo, pero sin escuchar la frase, aplaudieron y vitorearon. Otros ondearon banderas en señal de apoyo.
Luego hizo de nuevo una pausa, de la que transcurrieron varios segundos sin decir nada. Una señora en el acto, visiblemente preocupada, gritaba “se le fue el audio, arreglen el audio”, pero un hombre que estaba a su lado, le contestó: “¡No chicaaa!. Esta tomando aire, viene cansado”. Cuando Capriles retomó su alocución, mencionó que venía de recorrer el país.
Al final de su intervención, el abanderado de la derecha le recomendó a las madres que asistieron al acto proselitista llevar un mensaje a sus hijos: “Digánle, 'hijo, con Capriles hay un camino'...”, sentenció, mientras enseñaba uno de los banderines que tenía impresa dicha frase.
Tras cumplir 20 minutos de intervención, Capriles se despidió, no sin antes brincar y correr sonriente por el borde de la tarima, al igual que cualquier artista al culminar su presentación, que en esta ocasión no contó con un libreto escrito, como suele ocurrir en sus actos proselististas.

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