26 may 2011

Sólo fallan luz y agua

26/05/2011
El crucero que une los caminos hacia El Rincón, San Diego y Cantaclaro es un parador que se caracteriza por su tranquilidad y variedad en platos típicos
 El cucero que une los caminos hacia el Rincón, San Diego y Cantaclaro se caracteriza por su tranquilidad
El cucero que une los caminos hacia el Rincón, San Diego y Cantaclaro se caracteriza por su tranquilidad 
PUERTO LA CRUZ.- En la zona rural del municipio Sotillo existe una encrucijada que es la parada casi obligada de los visitantes y habitantes de San Diego, El Rincón y Cantaclaro. Su principal atracción, según los lugareños, está en la venta de cochino frito, cachapas con queso, chicharrón, arepas rellenas, pollo asado, sopas, parrillas y empanadas que son los platos más solicitados antes o después de disfrutar de un chapuzón en los balnearios de ambas comunidades o luego de un paseo por el campo.
El trayecto en carro no pasa de 15 minutos desde que se toma la vía principal de El Rincón que inicia en el sector El Samán de Barcelona, a pocos metros del hospital Luis Razetti.
Funcionarios de un módulo policial de Polisotillo, se encargan de resguardar la seguridad de los residentes y de los 14 comercios ubicados en la intersección, entre los que se encuentra el restaurante El Crucero, muy popular por la venta de cochino y cachapas con queso. Su nuevo propietario, Armando Rodríguez, aseguró que el local tiene más de 30 años en la zona y es ideal para almorzar en familia. Sin embargo, para mejorar el servicio, Rodríguez debió instalar una planta eléctrica y un tanque que combaten las constantes fallas eléctricas y el bajo suministro de agua.
Con un racimo de plátanos guindado en la entrada y sacos de alimento para animales, está la frutería y carnicería San Andrés, atendida por Antonio Fernández, quien hace 17 años inició el negocio con una bodega que ahora modernizó como abasto.
Bolsas de carbón, carne de primera, pollo fresco, huevos y verduras son parte de los productos más buscados por los clientes que se animan a hacer parrilla y sopas a la orilla del río los fines de semana.
En el local, que abre de 7:30 am a 7 de la noche, no fían, porque según su propietario pierde al cliente y los reales. No tiene planta eléctrica y Fernández se ve en apuros cuando la luz se ausenta por más de ocho horas.
Dentro de un kiosco rojo y en compañía de uno de sus hijos, Manuel García, ordena las empanadas que le quedaban a las 11 am. “Es lo único que me queda aparte de los refrescos, las arepas rellenas de cochino volaron tempranito”, indicó el comerciante mientras sostenía un recipiente repleto de empanadas. Para García, el principal problema es el poco mantenimiento que reciben las quebradas cercanas porque cada vez que llueve se desbordan y provocan inundaciones.
“La alcaldía debería limpiar la maleza y quitar los escombros que hay en los arroyos”.
A las 12 del día se activó el movimiento en las paradas y comercios del crucero, donde esperan mejoras en los servicios públicos y la limpieza de los afluentes cercanos para evitar inundaciones.
Tranquilidad campestre

El crucero que une los caminos hacia El Rincón, San Diego y Cantaclaro es un parador que se caracteriza por su tranquilidad y variedad en platos típicos como cochino frito a 90 bolívares el kilo, y cachapa con queso en Bs. 25. Ideal para visitar en grupo o en familia sin el agite citadino y es paso obligado para los balnearios del río El Rincón. La vigilancia policial es permanente y en el camino hay pequeños locales que venden verduras, dulces, tortas de casabe, carne de ganado y variedad de frutas para no regresar con las manos vacías. Los balnearios de la zona son una alternativa y a vialidad está buena hasta la encrucijada

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