La Alcaldía de Caracas, como medida para prevenir la enfermedad gastrointestinal producida por una bacteria, sugirió a los vendedores de comida ambulante ofrecer sus productos sin hortalizas. Pero eso fue sólo en la capital.
Pero Jairo Campos y Deivid Sifontes agarraron consejo en Puerto La Cruz.
Son los encargados de “El Rey del Sabor”, un puesto que tiene 17 años al frente del estacionamiento del supermercado Bicentenario, antiguo Cada, de Guaraguao.
Los loncheros -ambos de 23 años- dijeron que para evitar inconvenientes y dar garantías sanitarias a sus clientes, no le están echando repollo a los perros.
La cebolla picada sigue siendo parte del menú, aunque explican estos que le colocan vinagre y mantienen conservada en envases cerrados.
En otros puestos, como donde comió Rafael, continúan expendiendo los calientes "con todo".
Luis José Jiménez tiene 32 años colocando en las manos de sus clientes pan con salchicha frente a la torre Banesco, en la calle Libertad con Freites del centro porteño. Comenta que en su rutina a la hora de manipular los vegetales, debe picar el repollo, echarle agua caliente y luego vinagre para "matar" cualquier impureza.
Igual hace Luis José Orocopey, que se ubica desde hace 20 años en la esquina de la calle Maneiro con Honduras.
Aunque algunos vendedores toman sus previsiones, mientras haya amenaza de cólera y otras enfermedades, mejor pida uno sin vegetales.
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