Tiemblan cuando el cielo se pone negro Vecinos de Boyacá III

13/07/2014

Barcelona,  El problema de insalubridad es grave aunque no llueva, pero cuando esto ocurre los efectos negativos se multiplican, tanto para los vecinos de varias veredas de la urbanización Boyacá III de Barcelona, como para los del sector Tumba de Bello y residencias Toquita de Mejías, de esa ciudad.
“Apenas el cielo se pone negro, la gente sabe lo que sigue”, expresó la moradora Seleni Gómez, al explicar que con el más corto de los aguaceros, desechos, plásticos, animales muertos y hasta excrementos provenientes de una invasión, se desbordan desde un canal que se extiende por el lugar inundando veredas, calles y estacionamientos.
A su juicio, es necesario que pongan losas de concreto desde donde se inicia esa corriente hasta donde termina, a fin de impedir su obstrucción.
Con la lluvia de este domingo 6 de julio, aún sin desaparecer las huellas de las precipitaciones caídas 16 días antes, cuando en sólo media hora dejaron espacios públicos y residenciales convertidos en empantanados e inundados 25 ranchos de Tumba de Bello, quedó al descubierto un nuevo problema: el canal había sido taponado con escombros de construcción, lo cual fue atribuido a inconsciencia vecinal.
“Hay que multarlos. Uno viene, limpia, les despeja la basura y cometen esta barbaridad que perjudica a todos los demás”, enfatizó Bonis Pérez, quien el pasado lunes en la mañana estaba al frente de una cuadrilla de la Alcaldía del municipio Bolívar que sacaba piedras y promontorios de barro y basura del zanjón.
El trabajador sugirió, como solución, que los habitantes de este conglomerado, a través de sus consejos comunales, elaboren algún proyecto y lo presenten ante las autoridades para poder lograr una solución definitiva.


Angélica García, una septuagenaria que vive en la parte de Tronconal III, relató que fue testigo de cuando “en el año 1970 y pico” dinamitaron el cerro Tumba de Bello para construir un tanque de agua y abrieron ese zanjón para poder instalar la tubería que lo llenaría; no lo taparon y cuando llovía, por ahí bajaba agua. Con el tiempo llenaron todo eso de ranchos y agarraron ese cauce de cloaca”.
La vecina planteó que el gobierno municipal, la Hidrológica del caribe (Hidrocaribe) o “a quien le competa”, debería hacerle a la gente que invadió el cerro una conexión para sus aguas sucias.
“Esos líquidos y todo ese polvero, ese barro, nos tienen afectada hasta la respiración. Yo soy una que sufre por eso y también me da dolor por mis nietos y todos los niños. Quién no se enferma así?”, expresó con angustia
“La idea sería que encofraran con concreto armado, losa y armazón de cabillas; que el canal vaya a desembocar en la red de cloacas de Altos Guaica, por ejemplo. Y ya se está preparando un informe con sustentos técnicos para consignarlo ante el gobierno local”, apuntó Alberto Hernández, un trabajador que vive en la vereda 10 de Boyacá III.
Coincidió en que lo que se produce con cada lluvia es una descarga de aguas con restos de basura, excrementos y alimañas muertas. “Eso al secarse se esparce en el ambiente y de allí vienen enfermedades de todo tipo, respiratorias de la piel, diarreas”.
A su lado estaba otra vecina, Elena Rincones, estudiante universitaria, quien añadió que son muchos los niños que juegan en la calle, que tienen contacto con esa pudrición y hasta se meten las manos sucias en la boca. “Es un problema sanitario grave que deben arreglarnos con urgencia. No se trata solo de sacar agua y barro de las casas”.
Abogó por un responsable comportamiento vecinal. “Nos corresponde a nosotros asumir normas para garantizar una mejor convivencia, un mejor modo de vida. Pero le pedimos a Salud Pública y a la alcaldía que se pronuncien con soluciones definitivas y no con paliativos”.

Consultado sobre la situación, el gerente de Hidrocaribe en el eje norte de Anzoátegui, Edgar Mata, enfatizó que en Tumba de Bello no hay factibilidad de proyectos de aguas negras.
“Crecieron sobre una tubería de aducción, de agua potable, y están diagnosticados como zona de riesgo”.