Barcelona- Josefina
Páez recuerda que hace un par de años, antes de que el hipermercado
Éxito fuese “pasado” a Bicentenario, debía llevar un sweter porque “esto
era una nevera”. Hoy la realidad desborda todos los sentidos. Los aires
acondicionados de la otrora megatienda tienen más de 8 meses sin
funcionar, por falta de repuestos y falta de mantenimiento
Páez,
vecina del sector Pascal, quien por cercanía y falta de opciones va con
regularidad al expendio, ahora usa ropa muy ligera y relata lo que con
disimulo reconfirman los empleados: lo que fue uno de los centros más
confortables, amplios y abastecidos de la zona norte de Anzoátegui casi
no tiene nada que envidiar al mercado municipal de Puerto La Cruz, a
diferencia del techo.
El
supermercado que forma parte de la red nacional de abastecimiento del
Gobierno nacional está flanqueado en sus fachadas con gigantografías y
apelaciones a la guerra económica y a la especulación.
“Ciertamente
se consiguen las cosas más baratas. Eso no se puede dudar. Es mucho lo
que te ahorras en comparación con otros lugares, pero por qué no pueden
ofrecer igual, buenos precios y un espacio confortable para hacer
mercado”, se preguntó Adelaida Romero impresionada por el sostenido
deterioro de la inmensa estructura, en donde los electrodomésticos y los
productos básicos son tan escasos como el confort.
En
el área en donde en el pasado coincidían refrigeradoras desbordadas con
pescado, pollo, carne charcutería y otros productos congelados, hoy
reposa un cementerio de artefactos que despiden un olor fétido, que con
el calor se esparce por gran parte del establecimiento.
El
piso que originalmente era de konker, hoy es un verdadero desastre, en
donde el personal de mantenimiento le cuesta deslizar sus coletos, pues
se atasca con el desnivel de las piezas del mosaico que fueron
desprendiéndose sin ser sustituidas.
Para
adicionar más caos al lugar, idearon obstruir el acceso a los pasillos
formado por los anaqueles del lado de las cajas, con unos nada estéticos
restos de plástico, con el objetivo de que solo se hiciera una fila
para pagar.
Bertha
Conde, visitante de Caracas, asegura que de todos los supermercados
Bicentenario que ha visitado, el de “Puerto La Cruz es el más
desastroso”.
“El
gobierno tuvo la buena intención de acabar con la especulación y lo ha
logrado, pero otra cosa es que las personas que pongan a gerenciar cada
negocio, deje que esto llegue a estos niveles”, opinó.
Concluye que obviamente es imposible que llegue pollo y carne a precios regulados porque no tienen neveras para mantenerlos.
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