“La sala y el cuarto de mis hijos es lo que más se llena porque están cerca del mar. Aquí se ha mojado todo, siempre es así”, contó Francisca Andrade
Si no, que lo diga Francisca Andrade, del sector El Faro de Volcadero, que ya tiene 32 años habitando a la orilla del mar en una casita de madera. Ella dice que ya no le asusta cuando comienza a ver el brillo del agua pasando por debajo de las paredes, dispuesta a esparcirse por toda la vivienda.
“La sala y el cuarto de mis hijos es lo que más se llena porque están cerca del mar. Aquí se ha mojado todo, siempre es así”.Como esta situación se repite todos los años, entre los mismos vecinos del sector colocaron varias piedras y un tronco para frenar el paso del agua, pero no funcionó porque sube tanto que sobrepasa ese obstáculo.
En el sector Terrazas II de Volcadero pasa lo mismo. El pescador Degnid Manrufo cuenta que a medida que pasa el día, va subiendo el agua y ya a las 4:00 pm la tienen en toda la casa, hasta avanzada la noche que nuevamente comienza a bajar.
“Ya uno tiene los corotos arriba de las mesas y ubicados por allí para que no se mojen, pero igual hay que tener cuatro ojos con los niños más pequeños, porque en una de esas se pueden resbalar sin saber nadar y puede ocurrir una tragedia”.
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