Los transportistas que a diario transitan por la parte baja del elevado de Lechería coincidieron en que los huecos tienen dos meses
Lechería. El trabajador de la gasolinera Auto Stop Trébol, Argenis Rojas, perdió la cuenta de los carros que caen en la hilera de huecos que están en el canal derecho de la avenida Intercomunal Jorge Rodríguez, sentido Puerto La Cruz-Barcelona, a la altura del crucero de Lechería. Los vehículos pequeños son los que se llevan la peor parte, porque quedan accidentados en la vía.
“A los choferes no les queda otra alternativa que empujar sus carros hasta la estación de servicios y luego los busca una grúa para llevarlos directo a un taller mecánico. A la mayoría se les rompe el caucho y el rin”, indicó el señor Rojas.
Mucha cola
Los transportistas que a diario transitan por la parte baja del elevado de Lechería coincidieron en que los huecos tienen dos meses, pero desde hace un par de semanas empeoraron.
“Por culpa de estos huecos se forman largas colas. El embotellamiento más fuerte se produce al mediodía. Yo tardo hasta 20 minutos desde el centro comercial Vistamar hasta la arepera Febras”, manifestó Ramón Patiño, chofer de la ruta Puerto La Cruz-Tronconal III.
Debajo del elevado, dos fiscales de tránsito tratan de que el tráfico fluya, pero el esfuerzo de ambos es en vano porque los conductores usan un solo canal para evitar los huecos.
La causa
A pocos metros de los cráteres, hay una tanquilla de cloacas que se derrama.
El líquido putrefacto se estanca en los hoyos y se convierten en la trampa perfecta para los choferes.
“Hay gente que no conoce el mal estado de la calle porque creen que es un charquito. Cuando intentan frenar es porque ya tienen un caucho dentro del hueco. No hay un aviso que prevenga a los usuarios”, dijo Marisol Guerra, quien en una oportunidad cayó con su Fiat Palio en el boquete, pero sin sufrir daños.
En algunos casos, los carros que pasan rápido por el tramo deteriorado de la avenida Jorge Rodríguez levantan una ola de aguas negras que baña a los peatones que caminan por la acera.
“Hay gente que no mide las consecuencias de sus actos y los que salen perdiendo son las personas que van a pie por la acera”, dijo Patricia Urbano, y recordó que hace una semana debió regresar a su casa en Lechería para ducharse y cambiarse de ropa porque una camioneta la ensució con agua estancada. Desde entonces evita la acera y camina por la estación de servicios.
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