14 jun 2012

Hasta el respeto se perdió en la Plaza Bolívar de Puerto La Cruz

14/06/2012
  “Lo que no hacen es prohibirle a las personas transitar y sentarse en la plaza en vestimenta inadecuada”, dicen algunos transeúntes del paseo porteño
Visitantes dicen que las ardi­llas desaparecieron y las iguanas no dejan que las alimenten por temor a que las atrapen
Puerto La Cruz.  Maira de Osorio recuerda ver correr a sus dos hijos por la Plaza Bolívar de Puerto La Cruz.
Ella dejaba su cartera en uno de los bancos y acompañaba a sus pequeños Fabián y Luis a observar las ardillas e iguanas que bajaban de los árboles para que las alimentaran.
Visitantes dicen que las ardi­llas desaparecieron y las iguanas no dejan que las alimenten por temor a que las atrapenEso fue hace 16 años, cuando según el ama de casa, quienes visitaban la plaza “respetaban al padre de la patria”.
Cuenta que antes estaba prohibido caminar por el lugar con gorra, pantalones cortos, carteras y bolsas en manos. Hoy en día los jóvenes pasan hasta en trajes de baño y no hay quien les llamen la atención.
Hace siete meses colocaron en el principal monumento al Pa­dre de la Patria en Puerto La Cruz, un punto de control de efec­tivos castrenses, adscritos al destacamentos N° 75 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y ellos se encargan de la seguridad.
“Lo que no hacen es prohibirle a las personas transitar y sentarse en la plaza en vestimenta inadecuada”, dice Maira, mientras conversa con un conocido frente a la estatua de Simón Bolívar.
Fabián y Luis ya no van a ver los animales a la plaza, las ardi­llas desaparecieron y las iguanas no dejan que las alimenten por temor a que las atrapen, pero los chicos han asistido a eventos organizados por la casa de estudios en la cual cursan primero y tercer año de bachillerato.
Maira considera irrespetuoso que los colegios coloquen toldos en todos lados y los escolares pisen la gramay dejan desechos en las jardinerías.
Está más segura
El señor Alberto Mata tiene 65 años y vive en la calle Libertad de Puerto La Cruz. Todas las mañanas baja de su apartamento, compra el periódico del día y se sienta en la Plaza Bolívar a leer.
“Antes los jóvenes de la calle dormían en los bancos y un día llegué hasta ver un condón usado en una de las caminarías”, dijo.
Recuerda que antes de que colocaran el punto de control, grupos de mujeres se paraban en las esquinas, al caer el sol, para vender sus cuerpos y a su parecer eso acabó.
Alberto dice que los bancos están deteriorados y que la alcal­día del municipio Sotillo sólo le “mete la mano” a la plaza para adornarla.
Las cuatro fuentes decorativas que bordean la plaza tienen más de 25 años sin funcionar, según contó el señor Alberto, por lo que pide que les hagan mantenimiento para que las aves regresen y las pocas iguanas que quedan tengan donde hidra­tarse.
“Tan bonitas que se veían esas fuentes prendidas. No se por qué están apagadas, en realidad las he visto funcionar cinco veces en los 51 años que tengo viviendo en el municipio Sotillo”, asegura.
Para Alberto es necesario que se invierta el dinero que gastan en decoraciones en el mantenimiento de la Plaza Bolívar, cuyas losas reflejan el pasar de los años.
Limpieza total 
Quienes visitan a diario la Plaza Bolívar en Puerto La Cruz observan que varios obreros mantienen limpias las áreas verdes del lugar y están al pendiente, sobre todo los días en que hay eventos.

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