En el sector Pascal, los vecinos esperan la reparación de las calles del sector, pues la zona está abarrotada de huecos que tienen desde cinco hasta 10 centímetros de profundidad.
Las muy transitadas calles de esta zona residencial, en la que hay una escuela, un instituto universitario y el abasto Bicentenario, están abarrotadas de huecos que tienen desde cinco hasta 10 centímetros de profundidad.
Quienes trabajan y viven en el sector ya perdieron la cuenta de cuántos años han pasado desde la última vez que le hicieron un cariñito a estas vías.
En cambio, están acostumbrados a escuchar unas cuantas groserías de los conductores que a diario pasan por estas calles. “Cuando la gente pasa por aquí y cae en los huecos sueltan aquellas barbaridades”, cuenta Jhony Ramos, quien trabaja en el bulevar de comida que está frente a la avenida principal.
Daniel Santamaría vive en la residencia Gaspar 1. Reconoció que ha mandado a arreglar el tren delantero de su auto varias veces. Y es que para él ya se ha hecho inevitable esquivar los cráteres. “Tampoco hay alumbrado público ¿hasta cuándo vamos a soportar esta situación?”, manifiesta Santamaría.
Raúl Rospigliosi labora en el quiosco San Benito y además habita en Pascal. Él también se queja del mal estado de las arterias viales. “Aquí vino el alcalde Stalin Fuentes y dijo que iba a asfaltar esta zona. Lo que hacen es engañarnos. ¡Cumpla su palabra alcalde!”.
Además, pidieron que se realicen obras de calidad y que no pongan “pañitos de agua tibia”. Gloria Gamboa, otra comerciante de la zona, cuenta que la comunidad ha tenido que rellenar los huecos, “ya que las autoridades gubernamentales no se ocupan”.
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