Entre el Paseo Colón y la avenida Municipal de Puerto La Cruz está la calle Juncal. Hay congestión en casi todas partes
Algunos comerciantes ajustaron sus horarios para no encontrarse con hampones en la vía
Es una arteria útil para conductores y peatones, pues enlaza al centro de la ciudad con el terminal y el mercado.
Las mañanas, pese a que hay mucha gente, son más
tranquilas que las noches, cuando la inseguridad acecha en cada esquina.
Luis Pérez tiene dos años, de sus 27 de vida, al frente de un puesto de ropa íntima cerca de la esquina de la Juncal con la avenida 5 de Julio.
“Aquí pasa de todo, sobre todo cuando hay mucho bululú”.
Contó, sentado en una silla de mimbre donde leía el periódico, que los días de diciembre observó paquetes chilenos, arrebatones y hasta hubo quien se llevó una prenda de su mostrador.
Luis ajustó su horario, para no toparse con la delincuencia. “Llego como a las 7:30 de la mañana y me voy a las 6 y
media de la tarde”.
Minerva Barrera tiene 15 años como trabajadora en la Mueblería Juncal, y asegura que antes de que se oculte el sol, sale de su trabajo. “He escuchado que en las noches hay muchos delincuentes.
Aprovechan que la iluminación aquí no sirve”.
Cerca del terminal de pasajeros hay varios quioscos, que durante los primeros dos meses del año han sido visitados por “rateros”.
El último hecho se registró en una venta de empanadas, de la que se llevaron tres bombonas de gas.
Quienes sí han buscado una solución a la penumbra que reina cuando cae el sol han sido los miembros de la línea Ascutron (Asociación de Conductores Unidos de Tronconal),
que tiene una parada a media calle. Ellos pusieron dos bombillos en el lugar, pero en las noches dejan a pasajeos en otros puntos, por seguridad.
En la parada
En la calle Juncal, muy cerca del Terminal de Pasajeros de Puerto La Cruz, desde hace más de 30 años funciona la parada de Tronconal III, IV y V de la línea Ascutron. Los choferes de la cooperativa coinciden en lo que muchos han relatado que en las noches todo es muy oscuro y
peligroso.
“A veces estamos solos. De vez en cuando, pasa algún peatón”, cuenta un chofer.
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