8 mar 2011

Mujer de Chola y fren

08/03/2011
Bárbara Rita Ruiz Morales de una de las tantas mujeres que día a día destacan en alguna actividad laboral. Hoy, cuando se celebra el Día de la Mujer,  honor a todas
Rita Bermúdez es mujer, madre, hermana y chofer de un autobús que a diario conduce entre Puerto La Cruz y Barcelona
Rita Bermúdez es mujer, madre, hermana y chofer de un autobús que a diario conduce entre Puerto La Cruz y Barcelona
Es un autobús marca Andina’s de color marrón. Por fuera, la carrocería del año 84 está sentida, al igual que por dentro.Levanta sus ojos, y ahí los tiene, en el retrovisor. Son sus pasajeros que viajan en los 24 puestos, y hasta en el pasillo de la unidad. Esperan la parada.
Luce una sonrisota. Bien la lleva en su cuerpo de metro 50 (centímetros) que se posa frente al volante. Habla con voz
pausada, tranquila y de forma educada, no puede negar que es gocha, de San Antonio del Táchira. Con sus “Buenas tardes”, da la bienvenida.
Ella es Bárbara Rita Ruiz Jaimes, una cincuentona con varias profesiones: mujer, madre, hermana y chofer de un autobús de la ruta de Upaca, Puerto La Cruz - Barcelona,
por la Intercomunal.
Bárbara llegó del cielo a la tierra. Comenzó como aeromoza de Aeropostal en la década de los 80, pero lo arriesgado de la labor la llevó a pensar en su único chamo: Joan Becerra Ruiz. Le quedó la experiencia de servir a los demás, y en Anzoátegui tenía la oportunidad de desarrollar una tarea similar.
Agarró maletas y se vino a probar suerte. En esta tierra de Oriente fue bautizada como “la morocha”, al igual que su hermana Nancy Coromoto, quien sí es gemela.
“Ellas son las mayores. Nancy Coromoto también tiene un autobús de Upaca, y Nancy Judith dirige camiones rusos en Barinas”.
Suma 18 años detrás del volante. Trasladó pasajeros a Santa Fe, a Arapito y a Playa Colorada durante dos años, y después comenzó como colectora y avance hasta que consiguió su autobús. “Estaba abandonado en un galpón
y tanto insistí que me lo vendieron hace cuatro años”.
En él monta a todo el mundo. “Aunque hay quien no se quiere venir conmigo porque no confían en el conducir de una mujer”. Hay otros a los que sí les encanta la charla de la morocha, lo certifi ca Rafael Delgado, que suele montarse con esta andina.
“Yo no peleo y echo broma con los pasajeros. Además, con este trabajo puedo ayudar a mi hijo a que estudie  Contaduría en la Universidad Santa María (USM)”.
Todos los días, Bárbara sale a las 7 de la mañana de su casa del edifi cio Los Naranjos, en Las Palmeras de Guanta. Se encuentra muy bien acompañada, según dice ella. El Sagrado Corazón de Jesús y La Milagrosa están estampados en la unidad en la que realiza tres recorridos a la zona norte.
Para ella no ha llegado el futuro, vive el presente entre los desperfectos de su bus, los pasajeros y la delincuencia. Aunque piensa más allá: quiero un crédito para comprarme
uno nuevo y que tenga para poner música.

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